Con la llegada del calor, ¿debo cambiar mis cremas diarias?

Decoration

Llegan los días lindos, el sol, el calor, las prendas sin mangas y, claro, en esta época los cuidados de las piel deben incrementarse. Es por esto que es esencial analizar cómo están compuestas las cremas que utilizamos diariamente para poder detectar si son o no las adecuadas a usar durante la temporada de calor.

Es muy importante que en los meses de calor usemos cremas que no tengan ácidos glicólicos ni retinoicos, principalmente. Estos ayudan a eliminar las células muertas de nuestra piel, haciendo que se vea mucho más luminosa y rejuvenecida, actuando como un exfoliante, lo cual es muy bueno, sí, pero con el calor la piel requiere de otros cuidados. Lo que ocurre con estas cremas es que dejan nuestra piel más sensible, ya que se le elimina una capa y queda desprotegida. Si a esto le sumamos una exposición al sol, nuestra piel sufrirá las consecuencias con una terrible irritación o quemadura.

Cremas para el calor y sus características

  • Deben ser ligeras, de textura agradable y rápida absorción, para evitar la incomodidad que genera la oleosidad propia de esta época del año.
  • Es fundamental que sean hidratantes, con alto contenido en agua y menor tenor graso, como la Emulsión Corporal Hidratación profunda Dermaglós, que le da a tu piel una apariencia suave, elástica y saludable. De lo contrario, pueden ocasionar la formación de quistes de grasa (millium) y hasta un acné cosmético, aumentando los poros dilatados de la piel y ese brillo tan indeseable. 
  • Deben ser ricas en antioxidantes, porque permiten retrasar el estrés oxidativo del envejecimiento natural y de los factores agresivos externos.
  • Tienen que aportar elasticidad ya que en el verano la piel se torna áspera y reseca, siendo necesario repetir la aplicación de las cremas cuantas veces la piel lo requiera.

El ABC

En esta temporada hay diversos factores -como la exposición al sol, el cloro de la piscina o la sal del mar- que pueden provocar daños en la piel, siendo las áreas más afectadas el rostro, el cuello y los párpados.
La agresión del sol en la piel provoca arrugas, manchas, engrosamiento, pérdida de luminosidad y elasticidad, lentigos solares en zonas expuestas, deshidratación y pérdida de ácido hialurónico y colágeno, componentes naturales de la piel.
Antes de exponerse al sol lo aconsejable es una rutina de cuidado diario que incluya la aplicación de una emulsión hidratante, rica en antioxidantes y que además te proteja del sol como la Emulsión Hidratante de Día con FPS20.
A su vez, se debe contemplar el cuidado del contorno de los ojos con cremas especiales, ya que la piel que rodea esta zona es más frágil y delgada.

Elegí la crema ideal para tu cuerpo y preparate para vivir un verano inolvidable